Tincturas Vegetales

Existen varios métodos para la preparación de las vegetales, pero el más común es la maceración alcohólica.

Las tinturas de plantas medicinales son maceraciones en un líquido, generalmente alcohol etílico ("espíritu de vino") al 60%.

Hay quien prefiere hacer las tinturas con plantas secas a temperatura cálida en un aparato apropiado llamado Soxhlet, que permite obtener las tinturas en algunas horas. Siempre que es posible, preferimos prepararlas en frío, en maceración alcohólica, utilizando plantas frescas recogidas en su tiempo, por tener más virtudes.

En maceración, la proporción media entre las plantas secas y el líquido es, generalmente, de 1:5, es decir, para preparar 1000 ml de tintura, es necesario disponer de 200 g de plantas secas.

Coger, en la época propicia, las plantas que se elijan, ya sean las raíces, las flores o los frutos, conforme lo indicado en cada caso, y de las cuales se quiera hacer la tintura.

Si se recogen las raíces, hay que lavarlas muy bien con agua y secarlas con un paño de algodón muy limpio.

Cortar las plantas en trocitos o molerlas en una máquina eléctrica de cocina. Seguidamente, se vierten en un frasco de vidrio de boca ancha y con capacidad para 1 litro.

Las plantas no deben sobrepasar 3/4 de la altura del frasco. Presionarlas ligeramente. Echar encima espíritu de vino, bien rectificado al 60%, de forma que el espíritu quede a 4 o 5 cm por encima del nivel del material vegetal.

Se cierra bien el frasco y se deja macerar durante 10 días. Si no se necesita la tintura pronto, dejar macerar 20 o 30 días. Como las plantas frescas contienen agua, la graduación del espíritu de vino bajará ligeramente. Conviene preferible, que el espíritu de vino fuese de más del 60%.

Una vez transcurrido este tiempo, se prepara la decantación y se vierte la tintura en otro frasco del mismo tamaño. Después de haber escurrido todo el líquido, sacar las plantas empapadas de espíritu de vino y colocarlas en un paño de algodón limpio. Exprimir muy bien la tintura que aún queda en las plantas sobre un amplio recipiente, de modo que las plantas suelten casi toda su tintura.

Vierta esta tintura sobre la otra. Ahora, coloca en el primer frasco un embudo de vidrio o plástico, con algodón para filtrar. Vierte poco a poco la tintura en el embudo. Cierra bien el frasco que contiene la tintura. Retirar los residuos que estaban en el algodón del embudo y agréguelos a las plantas.

Se secan al sol. Cuando estén bien secas, se ponen en una sartén de hierro y se incineran. Esta operación debe hacerse al aire libre, ya que la incineración exhala una gran cantidad de humo.

Recoja las cenizas, póngalas en una pequeña escudilla de acero inoxidable y colóquela sobre una estufa de gas con fuego muy fuerte.

Calcínelos muy bien durante al menos una hora o más, hasta que adquieran un color ceniciento muy claro.

Ahora, con las cenizas grises aún calientes, viértelas en fracciones sucesivas sobre tu tintura y cierra el frasco. Dejar en reposo durante una semana y agitar el frasco circularmente una vez al día.

Al final de este período, filtrar en otro frasco a través de un embudo de vidrio o plástico con algodón para filtrar.

Retirar el residuo que queda en el embudo y calcinarlo de nuevo, como anteriormente, y verterlo, aún caliente, sobre la tintura. Repetir el proceso una vez más. En la última filtración, desechar el caput que queda en el fondo del frasco.

La tintura, ahora, será más densa y perfumada. Guárdela en la oscuridad, en un frasco bien cerrado, al abrigo de la luz..



Si se quiere aumentar su valor curativo, habrá que hacerla circular en un vaso apropiado llamado vaso de circulación o incubadora. Esto se hace al principio, cuando se vierten por primera vez las cenizas calientes en la tintura.

Antiguamente, los Maestros utilizaban, para este efecto, un vaso muy especial, llamado pelícano. Hoy, desgraciadamente, no te será posible conseguir un pelícano. Tendrá que utilizar un vaso circulador compuesto por un matraz de fondo plano o Erlenmeyer de 1 litro, con otro de reencuentro, esférico, de 500 ml, con esmerilado macho IN29.

La circulación se hará por sí sola. Déjelo durante una semana con calor suave 40 a 50°C, en un horno eléctrico pequeño con control de temperatura.

A esta temperatura, el espíritu del vino se volatilizará y condensará en el globo superior, y volverá por gotas en el globo inferior, formando así de nuevo una circulación. Si la temperatura es demasiado alta, se corre el riesgo de crear demasiada presión en el interior del balón y, por lo tanto, hacerlo saltar. Para evitar esto, se puede pedir a un soplador de vidrio que instale un orificio de ventilación mediante un tubo capilar en la parte superior del globo.

Esta tintura podrá ser tomada en gotas o en dosis homeopáticas.

Dinamización Homeopática
La dinamización homeopática es más conocida que la circulación, porque la ciencia de la homeopatía hace un amplio uso de ella.

La dinamización no es una simple disolución, como suele decirse, sino una potencialización. Con la dinamización, la potencia terapéutica es deliberadamente casi desmaterializada. La sustancia material, cuanto más "diluida" es, más energética se vuelve.

Actualmente, se utilizan dos tipos de dinamización: decimal y centesimal.

Dinamización decimal.
En un matraz de vidrio de 100 ml, bien lavado con agua destilada, verter 90 ml de alcohol diluido al 30% con agua destilada.

Con una jeringa graduada, bien lavada con agua destilada, extraer 10 ml de la tintura del matraz madre (TM), y verterla en el matraz con el alcohol de 30%.

Cierre el frasco y hacer, por lo menos, 100 sacudidas verticales con fuerza.

En lugar de eso, también se puede verter en un frasco más pequeño, bien lavado, 90 gotas de alcohol y 10 de TM. Agitar, como se ha hecho anteriormente, al menos 100 veces. Tendrás, así, la primera dinamización o D1.

Vierta de nuevo en otro frasco, bien lavado con agua destilada, 90 ml más de alcohol al 30%. Verter 10 ml de D1. Agitar verticalmente 100 veces. Ahora tendrás una dinamización D2. Repita siempre el mismo proceso, hasta que obtenga la dinamización que pretende.

En la dinamización centesimal, el proceso es similar. En lugar de verter 90 ml de alcohol, vierte 99 ml en 1 ml de TM o 99 gotas de alcohol y una de TM. Al final de la primera dinamización, tendrá un C1 o CH1 y así sucesivamente, a C2.

Rubellus Petrinus

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